viernes, 24 de octubre de 2008

Disfunción sexual

Es la dificultad durante cualquier etapa del acto sexual que evita al individuo o pareja el disfrute de la actividad sexual. Esta puede manifestarse al comienzo la vida sexual de la persona o pueden desarrollarse más adelante. Las causas de las disfunciones sexuales pueden ser:

Factores emocionales: afectan a la vida sexual incluyendo problemas interpersonales (como problemas de pareja o falta de confianza y comunicación) como psicológicos del individuo (depresión, miedos, culpa, traumas, etc).

Factores físicos: incluyen drogas, lesiones de espalda, problemas de riego sanguíneo, daños nerviosos (como heridas en la médula espinal), diversas enfermedades, fallos en varios sistemas orgánicos, desórdenes endocrinos (problemas en tiroides, pituitaria o glándula suprarrenal), deficiencias hormonales y algunas enfermedades congénitas.

Suelen clasificarse en cuatro categorías:

1. Desórdenes del deseo sexual: Puede deberse a la edad, la fatiga, el embarazo, la medicación o enfermedades psiquiátricas, como depresión o ansiedad.

2. Desórdenes de la excitación sexual: llamados «impotencia» en los hombres y «frigidez» en las mujeres. Estos desórdenes se manifiestan como elusión del contacto sexual con la pareja. Las enfermedades crónicas también contribuyen, así como la naturaleza de la relación entre las partes.

3. Desórdenes orgásmicos: como el retraso persistente o la ausencia de orgasmo tras una fase normal de excitación sexual. Estos desórdenes ocurren tanto en hombre como en mujeres.

4. Desórdenes de dolor sexual: que afectan (desgraciadamente) exclusivamente a las mujeres y se conocen como dispareunia (intercambio sexual doloroso) y vaginismo (espasmos involuntarios de los músculos de la pared vaginal que dificultan o impiden el coito). La dispareunia puede ser provocada en las mujeres por una lubricación insuficiente (sequedad vaginal).

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