jueves, 23 de octubre de 2008

Hipersexualidad…

Adicción al sexo es el deseo de mantener un nivel de comportamiento sexual humano lo suficientemente alto como para ser considerado clínicamente significativo. Se tiene una necesidad incontrolable por sexo de todo tipo, desde relaciones sexuales con otras personas hasta masturbación o consumo de pornografía. La hipersexualidad se caracteriza por una frecuente estimulación genital que, una vez alcanzada, puede no resultar en la satisfacción emocional (o sexual) a largo plazo del individuo. En cambio, va acompañada en ocasiones de sentimientos de malestar y culpa. Se piensa que esta insatisfacción es la que alienta la elevada frecuencia de estimulación sexual, así como síntomas psicológicos y neurológicos adicionales. Los hipersexuales pueden tener problemas laborales, familiares, económicos y sociales. Su deseo sexual les obliga a acudir frecuentemente a prostíbulos, comprar artículos pornográficos, realizar con frecuencia llamadas a líneas eróticas y mantener relaciones sexuales con desconocidos (incluso sin protección), haciendo que su vida gire en torno al sexo. Es una de la dependencias menos conocidas y visibles, puesto que las personas que lo padecen suelen mantenerlo oculto y disimularlo, sobre todo con las personas conocidas (con las que se muestran incluso como tímidos). Se estima que hasta el 6% de la población lo padece, y que sólo el 2% de los afectados son mujeres. Tiene tratamiento siempre y cuando la persona que lo padece sea capaz de reconocerlo.

Test

Contesta estas doce preguntas para determinar si tienes un posible problema con la dependencia sexual.

1. ¿Guardas secretos sobre tus actividades sexuales?


2. ¿Tus necesidades te han orillado a tener sexo en sitios o en situaciones o con gente con las que normalmente no te involucrarías?

3. ¿Te sorprendes a ti mismo buscando artículos pornográficos en periódicos, revistas u otros medios de comunicación?

4. ¿Te has dado cuenta de que tus fantasías sexuales causan problemas en tus relaciones o que te prohíben dar cara a tus problemas?


5. ¿Frecuentemente sientes remordimiento, vergüenza o culpabilidad después de un encuentro sexual?


6. ¿Sientes vergüenza de tu cuerpo o de tu sexualidad, de tal manera que evitas tocarte el cuerpo o participar en relaciones sexuales? ¿Temes no tener sentimientos sexuales? ¿Temes ser asexual?

7. Tus actividades sexuales, ¿necesitan cada vez mayor variedad y frecuencia sólo para sentir los mismos niveles de excitación?


8. Tus actividades sexuales, ¿incluyen riesgos, amenazas, o la realidad de enfermedades, embarazo, coacción o violencia?


9. Tu comportamiento sexual, ¿te ha dejado alguna vez con el sentimiento de una falta total de esperanza, enajenación, o con ganas de suicidarte?

Si contestaste con un «sí» más de una de estas preguntas, te animamos a buscar literatura adicional como recurso, para mejor evaluar tus necesidades.

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